Quisiera ser

     Hace unos días tuve la suerte de vivir en primera persona el proceso de grabación de una obra de arte. Como saber que estás delante de la misma, eso no se puede describir con palabras, eso se siente. Descubrir como desde la nada se da forma a una letra, creada pincelada a pincelada de historia y sentimientos cofrades macarenos, y como interpreta con un juego de palabras de acervo callejero y cofrade, la perfecta descripción el sentimiento del barrio macareno. Como la música, pentagrama a pentagrama va dando de color a la letra y la va envolviendo con delicadeza, y para finalizar de macerar, como los arreglos terminan de vestir este sevillanón cofrade... "Quisiera ser".

    Por la tarde los nervios afloraban como el azahar que cubría los naranjos que escoltaban la entrada al estudio de grabación "Amanuense Estudios".

    Esa tarde habían quedado los cuatro componentes que decidieron dar vida a este lienzo en blanco. Pabló Oñós (Creador de la letra), Javier Montiel (Creador de la Música), José Rodríguez (Componente fundador del mítico grupo No-MADEJA-Do), y José López, artista en mayúsculas. Además del arreglista y productor musical Fran Carmona.

    Con los primeros acordes, los nervios se transforman en alegría y emoción. En el ambiente se palpaba que algo importante estaba a punto de suceder. La tarde caía y daba paso al anochecer, ya para entonces estaban grabados los cuatro palos de la sevillana y solo quedaba grabar el estribillo. En ese instante observé la cara de felicidad de José Rodríguez, y como los recuerdos y añoranzas de grabaciones pasadas con su grupo en un estudio, se tornaban en alegría de poder vivir de nuevo esas sensaciones que tanto le han gustado siempre.

   Cada cuerpo iba precedido por la salida individual de cada uno de sus cuatro componentes:, José López le daba flamencura, Pablo Oñós la vistió de dulzura, Javier Montiel le imprimió su fuerza y José Rodríguez le otorgó el valor de la voz de la experiencia. Y que decir de la conjunción de sus voces con aroma a aquellas sevillanas que se cantaban en el momento culmen de los ochenta.

    Si la cara es el espejo del alma, Fran Carmona se estaba mirando en la suya con una cara de felicidad de saber que este trabajo no era uno más. Estaba participando en una verdadera obra de arte.

 

    Aunque aún faltaba un último detalle para ponerle el lazo a esta grabación. Al final de la sesión llegó al estudio Manuel Linares, y bautizó esta sevillana brindando con un exquisito vermú que dio paso a una tertulia sobre aquellas sevillanas de los años 70,80... pero eso da para otra historia.

    Este año, en vísperas de nuestra grandiosa Semana Santa, he tenido la suerte de descubrir en directo la que será una de las mejores sevillanas del año, por no parecer pretencioso al decir que será la mejor.

Crónica y fotografías:

Juanma Cortés