En unos días se cumplirá un año de aquella I Ruta Palista, por aquel entonces eramos once personas las que comenzamos esta andadura para homenajear la figura de El Pali, pero fue tal la comunión que se produjo, que tras finalizar se decidió por unanimidad institucionalizar este evento y abrirlo a todo aquel que se sintiera Palista de corazón.
Fue entonces cuando estos locos soñadores crearon la comisión y desde ese instante no hemos parado de aportar ideas y colaborar con la Familia Palacios (que sin cuya participación y generosidad habría sido imposible realizar este homenaje anual tal y como lo conocemos) para que todo saliera bien, no se pretendía hacer nada folclórico, todo era mas sencillo, como las letras de sus sevillanas, alegría y sevillanía para recordar la Sevilla que El Pali inmortalizó en un recorrido que nos marcó el Propio Trovador de Sevilla pasando por los lugares emblemáticos a los que él le cantó y por donde Sevilla le quiso hacer homenaje en forma de placa.
Además este evento partía bendecida con la buena nueva de la reciente entrega al Trovador de Sevilla de la medalla de Oro de la Provincia (enlace de crónica de la medalla de Oro de la Provincia), y la concesión de la llave simbólica de la casa de autores de la SGAE, concedido al maestro Federico Alonso Pernía en reconocimiento a sus 50 años como autor.
Y ahí estaba el maestro Federico Alonso Pernía, alegre como un niño con zapatos nuevos y deseoso de volver a compartir con nosotros esta Ruta que con tan solo dos años de vida se ha institucionalizado como uno de los eventos de la ciudad de Sevilla.
Este año hemos recorrido esta ruta casi un centenar de Palistas entre los que se encontraban artistas, autores y aficionados fundidos en una sola voz, la voz del pueblo que le canta a El Pali.
Tras las presentaciones a los nuevos amigos que nos acompañaban cantamos "En la puerta Correos" y "Fuente de amores" encaminándonos hacia la casa del Pali.
Una vez en la casa del Pali, José Antonio Palacios (sobrino del Pali), nos volvió a deleitar con diversas anécdotas de su familia y de personajes históricos del barrio de La Moneda. Después de cantar "Dilemas de mi Sevilla", Manuel González nos recitó unos versos a la memoria de El Pali acompañado por la exquisita guitarra de Manuel Rincón.
Camino de la casa de El Pali se cantaron diversas sevillanas que resonaban con bellos ecos por las callejuelas del Arenal, hasta llegar a la Calle Santander y cantar "Las torres de mi Sevilla" frente a la Torre de la Plata, con unos preciosos reflejos de la misma sobre el cielo azul que nos quiso brindar Sevilla durante todo el recorrido.
Al llegar a la casa de El Pali ya estaba todo preparado, la silla en la que El Pali acostumbraba a sntarse y que formaba parte de la estampa costumbrista de la calle, un cuadro que preside el salón de su casa. Este alto en el camino ya se ha convertido en tradicional, con tan solo dos años de vida de esta ruta Palista. La ofrenda floral a la memoria del Trovador de Sevilla, a estas alturas de la mañana se iban acumulando las emociones pero todavía quedaba por llegar uno de los momentos mas emotivos de esta II Ruta Palista. El reconocimiento a Federico Alonso Pernía que como el propio José Antonio definió "Cualquier galardón que se le entrega a El Pali, el 50% es también de Federico Alonso Pernía", pero ahí no acababan las sorpresas para el maestro Alonso Pernía, el grupo Marisma quiso participar de este homenaje cantando una exquisita sevillana de su repertorio con letra de Manuel Rincón y compuesta por el propio Federico "A Paco Palacios (El Pali)".
El paseo por el Arenal continuaba aún con las emociones a flor de piel, cuando hicimos una nueva parada en el Baratillo (tan querido por El Pali) para cantar "La túnica de mi niño" y "Capataces en el cielo". Durante todo el trayecto Manolín Jurado marco unos altos al que nos tiene acostumbrados en su grupo Los del Guadalquivir, pero que no deja de sorprendernos.
El paseo por los entremuros del Coso de la Maestranza volvió a retumbar con las sevillanas "Arenal de Sevilla" en los arcos del pasaje de la Calle Circo, a estas alturas de la mañana era habitual explicar a propios (sevillanos) y extraños (turistas) que lo que estaban viendo no era una actuación, sino una reunión de Palistas con la única intención de homenajear al Trovador de Sevilla, unos hacían fotos asombrados por la belleza de lo que escuchaban, otros nos pedían el itinerario y solicitaban acompañarnos (siendo recibidos con los brazos abiertos).
Pero fue cruzar el puente de Triana al compás de las sevillanas "Sevilla tuvo una niña" y "La rosa de mi Triana". Todo empezó a cambiar y el duende de Triana empezó a coquetear con nosotros y desde la primera sevillana que se cantó en el Altozano ya nada fue igual.
Aparecieron como por arte de magia Pilar Astola regalándonos unos bailes por sevillanas pintados en el lienzo de Triana, e inmediatamente comenzaron a bailarse sevillanas por diversos rincones del Altozano.
Pero aún tenía ganas de jugar con nosotros el duende trianero y ya nos estaba preparando el siguiente lance de camino a la Plazuela de Santa Ana. Empezó por cruzarnos con una boda que iba camino de Santa Ana, a la que vitoreamos sin dejar de continuar con nuestra ruta hasta llegar a la Plazuela de Santa Ana, y cantar nuevas sevillanas del Trovador de Sevilla "Tabernas de Triana" y "Ecos de aquel peregrino".
Fue entonces cuando este duende trianero empezó a preparar nuestra nueva aventura. Uno de los invitados al enlace nos vio cantar por nuestra ruta, se acercó a Javier Montiel y le propuso que le cantáramos una Sevillana a los novios a la salida de la Iglesia.
Ya impregnados por ese duende trianero nos fue imposible negarnos y nos acercamos a las puertas de la iglesia y esperamos impacientes (como unos invitados mas al enlace) la salida de los novios. Tras los primeros vítores y aclamaciones empezamos a cantar "Sevilla tuvo una niña", con una pequeña variación del estribillo porque la ocasión lo merecía.
"Vaya una boda con arte
muchos barbos en adobo,
mucho vino y alegría
y allí aprendieron los moros
el baile por bulerías."
En esos momentos la novia no sabía bien lo que estaba sucediendo (en su boda), pero tras recomponerse fue acercándose a los participantes de esta Ruta Palista, y no dudó ni un instante en sumarse a la fiesta bailando con el novio estas sevillanas dedicados a ellos. Como os comenté antes, estas cosas solo pueden sucederle a la Ruta Palista o a Triana.
Tras estos momentos de alboroto y alegría seguimos nuestro camino con un subidón por el cuerpo que ya empezabamos a buscar el lugar idóneo para el avituallamiento, pero no crean el duende nos iba a dejar tan facilmente. El Pali y él se lo estaban pasando en grande con nosotros y quisieron continuar con nosotros el camino. En nuestro recorrido pasamos por una tienda que tenía en su puerta una sudadera del Pali con el mismo logo que portábamos en nuestras camisas, volvimos a encontrarnos por las calles de Triana con los novios y tras nuevos vítores nos lanzaron saludos y besos de agradecimiento, continuaron los bailes por las calles de Triana. La gente se asomaba a los balcones y bailaban las sevillanas que seguíamos cantando "Recuerdos de mi patio", "Ay Trianeros", "Vámonos pá la feria" o "El ángel de Triana".
El frutero de "Frutería Trigo" nos preguntó que de donde veníamos, le contestamos que de Sevilla y con un poco de sorna nos dijo que eso estaba muy lejos de Triana, pero al enterarse que hacíamos un homenaje a El Pali, quiso participar de lo que ya se había convertido en una fiesta invitándonos a cantar bajo su toldo para protegernos de los rayos de Sol que a esta altura de la tarde empezaba a castigar un poco.
Las nuevas generaciones también se apuntan a la Ruta Palista |
Éramos tanto que nos teníamos que dividir en distintos bares y tabernas para hacer una parada, pero ello no significaba que en cualquier rincón se siguieran cantando y bailando sevillanas del Trovador de Sevilla. El maestro Pablo Oños nos deleitó con un popurrí sevillanas del Trovador de Sevilla, cantadas con mucho arte y sentimiento, con la certeza de que en la acera de enfrente también sonaban coplas de El Pali.
La ruta tocaba a su fin, pero después de lo vivido nos resistíamos a retirarnos y se iban sucediendo las sevillanas por el camino hasta llegar al hotel Triana para cantar y hacernos una foto bajo la placa en reconocimiento a Francisco Palacios "El Pali" y seguir nuestra ruta hasta el último destino, la calle Francisco Palacios "El Pali". Allí volvimos a bajar las pulsaciones para volver a deleitarnos con la guitarra de Manuel Rincón y el sentimiento de Manuel Durán cantando "La Virgen de la Consolación".
La comisión de la II Ruta Palista formada por los integrantes de la I Ruta Palista nos hicimos una última fotografía, que refleja en nuestras caras la alegría y satisfacción del deber cumplido y que nos da alas para seguir trabajando para mejorar, si cabe, la III RUTA PALISTA.
Crónica y Fotografías:
1 comentario:
Magnífica descripción de una jornada inolvidable.
Publicar un comentario